Estoy convencido de que somos el reflejo resonante de las cosas del mundo.
Fractales de nosotros mismos, ecos de piedras y hojas.
Toda forma es el homenaje del homenaje a otra forma y en esas formas, van nuestros párpados que al mismo tiempo son nuestras manos y que al mismo tiempo son nuestros rostros.
Música y pareidolia